martes, 17 de julio de 2018

Reflexiones de las Crónicas rusas.

Pragmatismo, eficiencia, trabajo físico, defensa, contragolpe, balón parado. Este Mundial ha sido la consagración de todas estas cualidades. Pasamos de la brillante conquista del torneo mediante el tiki-taka de España en el 2010, o la de Alemania en el 2014, a un campeonato en el que la posesión del balón ha sido minusvalorada. De hecho, las tres selecciones con más posesión (las dos vigentes campeonas más Argentina), no fueron capaces de pasar de de octavos de final. Todas son formas validas para ganar, en la belleza de como se conquista la victoria, está la diferencia. Para el espectador, este Mundial ha perdido atractivo a través del juego. Sin embargo, el VAR y la igualdad en mayoría de partidos, ha propiciado que haya sido un torneo muy seguido y con mucha expectación mediática.
La gran triunfadora, la selección bleu, comandada por el Principito Griezmann y secundada por un Mbappé, que ha terminado de presentar su candidatura a estrella mundial de la próxima década, ha conseguido su segunda estrella, sin apenas sufrir. Una férrea defensa compuesta por Lloris, con solo un fallo y en un momento de la final ya decidida; liderada por Varane y Umtiti, inexpugnables atrás y aportando en goles importantes en cuartos y semifinales respectivamente; ocupada en los laterales por dos centrales reconvertidos, Lucas Hernández y Pavard, que han sido de las grandes sorpresas del torneo; han sido claves en la consecución del título. El medio del campo rocoso como pocos, formado por un Kanté imperial, el todoterreno Matuidi y un Pogba, que ha ido de menos a más, con una final excelsa; ha dado un empaque defensivo que sostenía a la selección. Y la delantera, compuesta por Giroud, que a pesar de no meter ningún gol, se ha valorado mucho su trabajo y dedicación; y por la dupla Griezmann y Mbappé, uno mejor jugador de la final y alma máter de los bleus, el otro, mejor jugador joven del campeonato.
Tras la final de la Euro 2016 de Francia, en la que Portugal daba la sorpresa y se imponía a los galos en la final, Deschamps dio con la tecla para futuros campeonatos. Con el equipo que tenía, falto de un jugador creativo, la posesión no servía, por lo que preparó al equipo para jugar al contragolpe, cediendo la pelota al contrario y confiando en las transiciones rápidas. En este sistema, jugadores como Pogba, Matuidi o Mbappé, se ajustan como anillo al dedo.
Otra selección que llegó lejos a través del buen hacer en defensa, y sobretodo del juego a balón parado, fue Inglaterra. Un 75% de sus goles llegó en jugadas de estrategia. Entre esto y la buena actuación de su guardameta, Pickford, consiguieron llegar a semifinales, sin necesidad de practicar un buen juego.
Pero no todo fueron malas noticias para el fútbol, Bélgica y principalmente Croacia, dieron bastante valor al balón y fueron pasando rondas, hasta llegar a sus máximos históricos.
Los croatas se quedaron a un paso de la gloria, siendo dignos finalistas. En un equipo formado en el medio por Luka Modric e Iván Rakitic, el estilo no es negociable. Si bien tuvieron que llegar mínimo a la prórroga en las eliminatorias para pasar, se mostraron superiores a todas las selecciones a la que se enfrentaron.
Bélgica, con un juego muy vistoso, atractivo y rápido, dirigidos por unos fabulosos De Bruyne y Hazard, refrendaron las opiniones que tenían muchos expertos del planeta fútbol. Sólo la campeona les apartó de acceder a la final. Si hay un campeón moral en este Mundial son ellos. En el recuerdo quedará la remontada en treinta minutos en octavos de final ante una Japón que iba venciendo 0-2, o el maravilloso partido que hicieron en cuartos para eliminar a la siempre favorita Brasil.
Sobre nuestra selección, se cumplieron parte de las incógnitas que tenía antes del inicio del Mundial. La destitución de Lopetegui pesó mucho en el rendimiento del equipo. Hierro y los jugadores, no supieron dar el enfoque necesario a las dificultades en que les pusieron los rivales. Se llevó al extremo el juego basado en la posesión, sin apenas ser peligrosos. El bajo nivel de varias de las estrellas, como Iniesta, Silva o De Gea, terminaron de hundir a la Roja.
Se avecinan nuevos tiempos con la llegada de Luís Enrique al banquillo. No parece que vaya a haber una revolución que se lleve el trabajo de la última década, pero habrá cambios que modifiquen un estilo que parece haber caducado, y en el que jugadores de la nueva hornada, como Asensio o Saul, no parecían encajar. 
El VAR acaparó parte del protagonismo del campeonato, decidió partidos (se han pitado el mayor número de penaltis de la historia de los Mundiales), y en general, los aficionados han salido contentos con esta nueva tecnología. Polémica siempre va a haber, como ocurrió en la final, lo que está claro es que las ha reducido. Desde este Mundial, el fútbol se concebirá de una manera diferente.

A continuación, mis valoraciones sobre lo mejor y lo peor de Rusia 2018:
Mejor jugador: 1°Modric 2° Mbappé 3°Hazard
Jugador decepción: 1° Lewandowski 2°De Gea 3° Messi
Jugador revelación: Maguire
Mejor partido: Bélgica 3-2 Japón 
Mejor actuación individual: Hazard vs Brasil en 1/4 de final y Mbappé vs Argentina en 1/8 de final
Once ideal: Courtois, Meunier, Varane, Maguire, Lucas, Kanté, Modric, Hazard, Griezmann, Mbappé, Kane.

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