Hoy lloverán palos por doquier a "The Special One" en todas partes, especialmente en Inglaterra, nunca ha sido del agrado allí, a pesar de la época de exitos a nivel local (dos Premier League y varias Copas) en su primera etapa en Stamford Bridge.
De ser una estrella de los banquillos se ha convertido en un entrenador del montón, su famosa gestión del vestuario y su maximización de los recursos han quedado en nada y sus jugadores ya no van a muerte con él (en Oporto, Chelsea, Inter y en los dos primeros años en el Madrid lo consiguió). Si a todo esto que ya no tiene le sumas el planteamiento de ayer que no ayudó nada a recuperarlo, un once sustentado por dos mediocentros defensivos y rocosos (su seña de identidad) y arriba cuatro jugadores habilidosos y rápidos pero con muy poca capacidad de asociación y una nula disposición a defender.
El Sevilla solo tuvo que esperar su momento, supo resistir los únicos diez minutos dignos del United en la eliminatoria al inicio de la segunda parte, y tras la entrada de Ben Yedder dio el golpe definitivo al partido y a un Mourinho, que esta vez ejerció de buen perdedor y felicitó a Montella antes incluso del pitido final.
Todo parece indicar que tras este fracaso europeo, y de temporada puesto que sólo tiene opciones de ganar la FA Cup, saldrá del Teatro de los Sueños dirección París, dónde Al Khelafi, otro hombre obsesionado por los nombres conocidos y no por lo que verdaderamente necesita su equipo. De este posible cóctel pudiera salir un equipo casi indestructible o el mayor de los fracasos.
De ser una estrella de los banquillos se ha convertido en un entrenador del montón, su famosa gestión del vestuario y su maximización de los recursos han quedado en nada y sus jugadores ya no van a muerte con él (en Oporto, Chelsea, Inter y en los dos primeros años en el Madrid lo consiguió). Si a todo esto que ya no tiene le sumas el planteamiento de ayer que no ayudó nada a recuperarlo, un once sustentado por dos mediocentros defensivos y rocosos (su seña de identidad) y arriba cuatro jugadores habilidosos y rápidos pero con muy poca capacidad de asociación y una nula disposición a defender.
El Sevilla solo tuvo que esperar su momento, supo resistir los únicos diez minutos dignos del United en la eliminatoria al inicio de la segunda parte, y tras la entrada de Ben Yedder dio el golpe definitivo al partido y a un Mourinho, que esta vez ejerció de buen perdedor y felicitó a Montella antes incluso del pitido final.
Todo parece indicar que tras este fracaso europeo, y de temporada puesto que sólo tiene opciones de ganar la FA Cup, saldrá del Teatro de los Sueños dirección París, dónde Al Khelafi, otro hombre obsesionado por los nombres conocidos y no por lo que verdaderamente necesita su equipo. De este posible cóctel pudiera salir un equipo casi indestructible o el mayor de los fracasos.
